Según una publicación de la OMS ( qué es la OMS ) de 26 de octubre de 2015, el consumo excesivo de carne roja y carne procesada tiene efectos cancerígenos. Ofrecemos una breve actualización del eterno debate de las carnes rojas y el riesgo de sufrir cáncer. Además, comentamos consejos sobre la cantidad de carne que debe consumirse para protegernos del riesgo de cáncer.
Tabla de Contenidos
Carne roja y carne procesada: definiciones
La OMS define la carne roja como la carne derivada del tejido muscular de los animales: carne de vacuno, de ternera, de cerdo, de cordero, de oveja, de caballo, de cabra. La carne procesada es la carne que ha sufrido una transformación para mejorar su sabor o conservación: salazón, maduración, fermentación, ahumado. Puede referirse a productos como carnes frías (salchichas, jamón), carne en conserva, carne seca, carnes enlatadas y otros preparados y salsas a base de carne.
Riesgos asociados con el consumo de carne roja y carne procesada
Carne roja
El consumo de carnes rojas está clasificado como probable cancerígeno. Existe un vínculo entre el consumo de carnes rojas y el desarrollo de cáncer colorrectal, pero las carnes rojas no están claramente identificadas como causa de cáncer.
Carne procesada
El consumo de carne procesada está clasificado como un carcinógeno: es un agente que puede causar cáncer colorrectal. La carne procesada está en la misma categoría que otros agentes cancerígenos como el amianto y el tabaco, sin embargo parece que el nivel de riesgo no es tan alto.
Recomendaciones para limitar los riesgos
Debido a que la carne tiene beneficios para la salud, la OMS no aconseja que se deje de comer carne roja o carne procesada. Por el momento, los datos del estudio no permiten definir una cantidad de carne por debajo de la cual el riesgo de cáncer sea menor. Sin embargo, es aconsejable limitar el consumo de carne roja y carne procesada. La OMS se basa en las recomendaciones nacionales de que el consumo de carne roja y procesada aumenta el riesgo de muerte por enfermedades cardíacas, diabetes u otras dolencias. Los datos actuales tampoco permiten definir métodos de cocción precisos. La vigilancia se ejerce sobre todo en relación a las barbacoas y la cocción en sartén, que son las que producen más efectos cancerígenos. El consumo de carne cruda, además, induce riesgo de infección. En caso de duda, antes de cambiar la dieta es mejor buscar consejo médico para evitar deficiencias.
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