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En mi caso, por varios libros que pida, cuando llega el representante con el catálogo ya suelo tener finalizados los libros que compré de antemano y el poder soliciar los nuevos y comprender que los tendré en el hogar tras unos días es una liberación. Supongo que no tener nada que leer me genera una suerte de «mono» que provoca que sin un libro nuevo en las manos me halle vacía. De ahí que para mí, la proximidad y comodidad de círculo me resulta casí indispensable. Este cambio de actitud, que devolvía al Círculo a sus orígenes, era algo que clientes como comerciales habían echado en falta desde la adquisición de la empresa por la parte de Planeta.

El miércoles el Conjunto Mundo mandó un burofax a los agentes de venta. Les explicaba que los hábitos de consumo se habían visto damnificados por la implantación de las nuevas tecnologías, y que no les quedaba otro remedio que desactivar la red comercial. En 1994, la venta por catálogo movía prácticamente 88 millones de pesetas en facturación en España, superando ampliamente los 15 millones que facturaba en 1985, según las estadísticas de la Asociación De españa de Ventas por Correo que recogíaentonces la gaceta Distribución y Consumo.

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En una década, el mercado había crecido en un apabullante 585% y en la década de los 90, al menos en esa primera mitad, habían incrementado el número de empresas que distribuían de esa manera. Libros y discos eran lo que mucho más se vendía entonces por catálogo. Pero es evidente que en el nuevo ecosistema del libro una lógica de venta fundamentada en un catálogo o revista tiene menos sentido que en el siglo XX.

Lo mucho más simple sería meditar que los «cambios en los hábitos de los consumidores» se deben a que las novedosas generaciones leen menos que sus progenitores. No obstante, al investigar de manera mucho más descriptiva las razones del cierre de Círculo de Lectores está claro que la causa primordial es una deficiencia en las tácticas de marketing y promoción en las plataformas digitales. La digitalización se apoderó de todos y cada uno de los ámbitos de la vida diaria de la raza humana. El contexto de hoy ordena a las empresas y a las personas a vivir en un ámbito en constante transformación.

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Meses esperando a que me devolviesen el dinero de la reserva. Evidentemente, yo no voy a entrar en asuntos laborales ni en contratos de suscripcion ni en condiciones, pero desde luego solicitar el cierre de una compañía porque ciertas personas no tienen la posibilidad de posibilitarse obtener un libro cada preciso tiempo o ciertos de sus clientes hemos ido a institutos mayores me semeja un poco surrealista. Hay varias cosas y muchos sitios que yo tampoco me puedo aceptar y no voy por las calles o por web-sites pidiendo su cierre o alegrandome por ello, me semeja un poco vacio y también inhocuo. Se de mucha gente que ha crecido leyendo libros del círculo, pero el modelo de negocio si no se ha adaptado a los tiempos, entiendo que en este momento no funcione.

El mismo burofax que anunciaba el cierre del Círculo de Leyentes ofrece una tenue luz de promesa a sus integrantes mucho más fieles. En uno de sus párrafos reza «se ha intentado realizar cincuenta mil cosas para prosperar este modelo, pero se ha decidido cerrar la composición comercial, no cerrar Círculo, para entrar en un desarrollo de la estructura futura (aún sin estudiar)». Cierto que el Círculo de Lectores, antes de tomar esta decisión, hizo esfuerzos por reconducir el negocio. Para adaptarse a la digitalización, el Círculo participó en diferentes proyectos dirigidos a explotar las nuevas tecnologías.

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Además, agregan, «vender de este modo está anticuado. En este momento nadie quiere aguardar a conseguir el libro que desean leer». El movimiento de Planeta se podría convertir en una prueba mucho más del ocaso de un modelo de ventas que triunfó décadas atrás pero que no marcha en la era del comercio online, el de la venta por catálogo. Al final de cuenta, el nacimiento de la actualizada compra por catálogo fue paralelo al de los enormes almacenes, en el siglo XIX, y ha vivido un avance, auge y caída afín al de esos establecimientos. Los tiempos han cambiado, sí, y en este momento disponemos todo al alcance de la mano, pero hace unos años esto no era de esta forma. La tarea que logró por la lectura Círculo de Lectores, con sus libros puerta a puerta, fue encomiable. Me dió mucha pena su cierre, pues aunque los modelos de negocio cambian, pienso que todavía podía tener su razón de ser.

En verdad, quienes ahora recuerdan los catálogos de Círculo de Lectores de su infancia, probablemente también recordarán los que mandaba Venca. En la situacion del cierre de Círculo de Lectores del Grupo Mundo, las elecciones para evolucionar en el planeta digitalizado ahora están libres. Tal vez en un futuro no muy lejano resulte posible un retorno como booktuber o en un modelo de negocios similar que pueda competir en la vertiginosa Revolución Industrial 4.0. Republic Magazine reseñó que solo en los Estados Unidos «un 80% de los adultos jóvenes desde los 18 a los 35 años ha leído un libro en cualquier formato a lo largo del último año, incluyendo el 72% que ha leído una copia impresa». Exactamente la misma fuente señala que los estadounidenses adquieren en promedio de uno a cinco libros por año. He estado utilizando el nuevo Libro de Trabajo en mi propio Círculo (el 12º) y me chifla.